ESPINAS SIN ROSAS
Quise cortar una rosa
y sus espinas me hirieron
apenas noté dolor,
solo percibí el olor
que sus hojas desprendieron
El dolor llegó más tarde
cuado vi ya marchitada
a la rosa en un jarrón,
sin fragancia ni esplendor,
seca mustia y marchitada.
Tarde fue que comprendí
que la rosa habría vivido
entre espinas más dichosa,
su desgracia fue ser rosa
y tan bella haber nacido
La belleza por desdicha
no sabemos conservarla,
que está plagada la vida
de rosales con espinas
y sin rosas marchitadas.
P.GALLEGO
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