viernes, 2 de julio de 2010

LAVADORES DE CEREBROS A TRAVÉS DE LA IMAGEN

Nunca hasta ahora se había conseguido que la educación en general, pero sobre todo en lo social y en lo político, cayera tan baja. Hoy se prescinde de la palabra, de los libros de texto, de los consejos de la experiencia para centrar toda nuestra atención en la imagen, sea ésta a través de un ordenador, cine o televisión. Todo vale para que asimilemos los acontecimientos como propios, como si de uno u otro modo nos afectaran, o sea, lo que se ha dado en llamar "la globalizacion", y no nos damos cuenta que, como casi todo en la vida, se hace y dirige con fines interesados y que lo que para unos es globalizante para la mayoría es desunión, deshumanizacion y división, es decir, que nos sentimos identificados con los problemas de personas que no conocemos, que viven a miles de kilómetros y no sabemos si el vecino que está a escasos metros de nosotros necesita de nuestra ayuda y, lo que es peor por desgracia, es que ni nos preocupamos de averiguarlo y, lo mismo vale el ejemplo para el compañero de trabajo, con el que convivimos a veces más horas que con la familia. Todo esto tiene a mi juicio un verdadero sentido digno de ser analizado con todo rigor y,  si nos detenemos en la evolución del mundo actual desde la invención del cine, como propagador de historias de todo tipo, nos daremos cuenta de que ahora esas historias son más eficaces tanto cuantitativas como cualitativas en sus efectos de calado en la sociedad. De ahí que haya tanto interés en aplicar desde la primera enseñanza a los niños los sistemas informáticos, que no digo que a cierta edad no sean eficaces y necesarios, pero quizá a esa edad que me refiero el niño ya haya adquirido cierta formación intelectual no conveniente para el sistema. Se podrían poner varios ejemplos  para entender hasta qué  grado pueden asimilar  las mentes de las personas, sobre todo en las incultas, los efectos de una imagen, pero el ejemplo más claro y rentable es el de las películas de "indios" americanas, donde según los guionistas los colonizadores (invasores) eran siempre los buenos y los colonizados (invadidos) eran los malos. Pues bien, estas películas han llegado a crear tal rechazo de los "malos" que en los adultos de hoy, los indeseables eran los "indios". Todo esto sería historia para nuestros descendientes, lo mismo que lo es para alguno de nosotros, si no fuera porque hoy en pleno siglo XXI, se sigue utilizando el mismo procedimiento de la imagen y para los mismos fines, pero como dije antes, en una superior cuantía y calidad. Hoy, a través de documentales e imágenes manipuladas, como lo son todas las que se exhiben de manera interesada, nos muestran al pueblo Palestino como agresor e invasor del pueblo de Israel, mientras que a éste le presentan como agredido, al Reino de Marrueco se le presenta como "democrático" y no como absolutista y tirano de su propio pueblo...y así hasta el infinito se podrían seguir poniendo ejemplos de por qué el interés de los poderes públicos  capitalistas,  de seguir manteniendo al pueblos con imágenes adulterada con mentiras, en vez de con pan. Si Carlos Marx dijo en su tiempo que las religiones eran el opio de los pueblos, hoy diría que lo es la imagen.

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